Una historia de amor entre dos hombres, tal y como la contamos en nuestro relato, tenía que ambientarse en una tierra como Barcelona, una ciudad mediterránea, fiel a sus tradiciones, que vive de cara al mar y es totalmente abierta a otras culturas y pueblos, a otras formas de amar y de crear, que da y recibe, que se hace rica y enriquece.
Pero a su vez la Barcelona actual, en su transformación, no ha perdido el enlace con su historia en la que muchos siglos de diversidades culturales han sido la base firme para que las innovaciones de la modernidad dieran luz a una ciudad irrepetible y con personalidad propia.
Decidimos que era la ciudad perfecta para contar nuestra historia.
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